Páginas

martes, 3 de mayo de 2011

Antes de que caiga el telón...

Dijo Shakespeare: 

"El mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres son meros actores."

No podía estar más de acuerdo con esta frase. Todos desempeñamos varios papeles y roles a lo largo de nuestra vida. A veces escogemos un papel por iniciativa propia, y otras veces nos vemos involucrados en guiones que ni siquiera sabemos como hemos llegado a ellos. 

Yo, hoy mismo, quiero finalizar mi papel en una obra. El título de la obra no lo puedo decir, más que nada porque no lo sé. Sólo el tiempo me sabrá decir que título mereció. 

Pero antes de terminar mi rol, antes de recitar mi última frase, quiero dedicarle un último homenaje a la historia. No es para menos, dado que es el final y merece una última actuación sobresaliente. 

Voy a realizar este homenaje acompañado de mi amiga tristeza. Dado que: 

- Cuando una obra es mala, te da igual como termine, porque sólo deseas que acabe. 
- Cuando es buena y tiene un mal final, quedas decepcionado, apesadumbrado, pensando que tú podrías haberlo hecho mejor. 
- En cambio, si la obra es buena y además termina bien, sólo te queda tristeza. Tristeza porque terminó a pesar de todo lo que disfrutaste. Y la inevitable pregunta: ¿Porqué tuvo que acabar?.

Por ello he llamado a un artista invitado para que cierre esta obra. No se trata ni más ni menos que del gran Raphael. Como podréis comprobar, se ha vestido para la ocasión. Su apariencia es la idónea, con la que más me identifico. 

Siempre he tratado y trataré de hacer feliz, de hacer reír a la gente. Este es el fin de los payasos. Nunca sabré si la gente se ríe conmigo o de mí, pero me da igual, porque, hoy, quiero ser un payaso triste que canta una balada triste de trompeta por un pasado que murió.   



Y sólo entonces, finalizada esta actuación, puede caer definitivamente el telón para dar comienzo a un nuevo espectáculo. 





No hay comentarios: