Leía hace poco un
artículo
de
@XAlberte sobre la neutralidad en
la red. Como sabemos la gran mayoría que trabajamos con los SocialMedia, compartimos
e incluso generamos contenido de manera continúa y abierta en internet, es
decir, esa información está disponible para todos los que se lo permitamos (Y
muchas veces también aunque no queramos permitirlo).
En mi caso, buscando trabajo,
resulta un dilema interesante y muy a tener en cuenta. ¿Me cerrará puertas
posicionarme políticamente? ¿Me las abrirá declarar mi religión? ¿Qué se puede
esperar de mí como trabajador si hablo públicamente de los problemas de España:
familia real, Bárcenas, EREs, independentismo catalán, La alcaldesa de Cádiz y
su equipo que tanto hablan de ella ahora en el canal Cuatro…
Cuándo he consultado sobre la
opinión que suscitaba mis contenidos en el blog, las opiniones de las personas
que me importan iban encaminadas a que siempre lo he dicho todo de manera neutral,
sin posicionarme. El fin principal de la neutralidad es no cerrarte ninguna
puerta. Pero tras leer el artículo de @XAlberte y leer las palabras de otros
como
@ristomejide por ejemplo (“Si
cuando hablas nadie se molesta, no has dicho absolutamente nada”) llega uno a
cuestionarse si ser neutral llega a ser realmente una ventaja en un mundo
plagado de intereses particulares.
Y reflexionando, leyendo lo que
dicen unos y otros me encuentro en la tesitura de aquel que tiene al ángel y al
demonio en sus hombros aconsejándole. Como decía un cuarteto de carnaval en
Cádiz: “Unos me dicen hazlo y otros que no lo haga, y al final yo hago lo que a
mí me da la gana.
Y, tras meditarlo mucho o poco
(según se mire), he tomado una decisión: No soy negro ni chino en España, no
soy religioso (de ninguna religión), no soy homosexual, tampoco me considero
más español que andaluz o gaditano, y no me considero un anti-sistema, por
cuanto, si el sistema me ofrece ventajas las aprovecho o intento aprovecharlas.
Si tuviera alguna inclinación de las mencionadas, creo que procuraría que no salieran a la luz,
dado que son facetas que me cerrarían puertas en España, pues España, sigue
siendo ese país que va de moderno pero que no deja de conservar ciertos
prejuicios (y puede que ahora se estén incluso fomentando más que nunca).
Mi meta con mi blog es hacerme
visible. Que puedan conocerme mejor los reclutadores que puedan llegar a
interesarse por mi perfil. Y como he dicho, he tomado una decisión con respecto
a la neutralidad. Y es que se lo voy a poner fácil. Voy a describirme en todo
lo conflictivo y polémico que pudiera llegar a ser. ¿Para qué? Para ponérselo
fácil a los reclutadores.
A los reclutadores probablemente
les resulta difícil escoger entre personas que presentan perfiles similares.
Pero si por ejemplo, algún reclutador estuviera dispuesto a rechazarme por mi
ideología política, mi orientación sexual, mi religión o mi manera de entender
los problemas del país, entonces soy yo el que decide que no quiero trabajar
para ese reclutador ni para su empresa. Querido reclutador facha y corrupto,
podrido de dinero, si algún día das con mi perfil recházame inmediatamente,
pues si vas a rechazarme por mi manera de pensar, de sentir o de vivir, soy yo
el que te rechaza a ti primero.
Si algo he aprendido de mi
formación en relaciones laborales, es que tú querido (u odiado) reclutador, si
eres un buen profesional, intentarás mirar más allá de esas cosas. Tú debes
valorar sólo las competencias y cualidades que debe tener una persona para
desempeñar correctamente el puesto de trabajo que necesitas cubrir. Lo otro te
debería ser indiferente. Puedo llegar a entender que si tienes posibilidad de
conocer esa información sobre los aspirantes, la aproveches y lo estudies. La
información es poder, pero basar todo un proceso de selección, todo un puesto
de trabajo que debe suponer rendimiento y beneficios a la empresa, en esa
información, te haría un pésimo trabajador de tu empresa, y vuelvo a repetirte
que no quiero trabajar con gente así.
De hecho, si algún reclutador
sociata o PPero me lee, les recomendaría que si se diera el caso contrataran a
la persona de su ideología distinta, dado que son los diferentes puntos de
vista en confrontación los que nos ayudan a vislumbrar todas las soluciones a
los problemas, y no el tomar una sola dirección porque todos pensamos igual. Pero
sois vosotros los que tenéis el poder de elegir, no yo.
En resumidas cuentas, si queréis (o no queréis) a alguien con tendencia a la
izquierda (que no al PSOE o a IU) y con mucho odio a la cúpula PPera
pro-familia católica recorta derechos de los pobres, alguien que cree fervientemente
en los valores que predica el cristianismo pero no lo práctica porque ve
sumamente hipócrita las actuaciones de la iglesia, sobre todo en sus altas
esferas, alguien que no siendo homosexual respeta a todo el colectivo de LGTB y
que considera que poco se revela y poco protesta para las constantes vejaciones
que recibe, alguien que ve ilógico que un rey esté en el poder por mandato de
un antiguo dictador donde su familia se salta la ley como quiere y viviendo a
costa nuestra (anteriormente no me parecía mal porque percibía que se hacían
las cosas bien, y eso es lo importante que se hagan las cosas bien)… Pues ya
podéis contratarme o pasar de largo.
No se le pueden pedir peras al
olmo, y muchos se quedarán de esta entrada con lo que se quieran quedar…
Son las acciones lo que nos
describen. Ni más ni menos. Elegidme y tendréis a alguien que dejará (o al
menos lo intentará) toda esa sarta de prejuicios a un lado y luchará por ser un
buen profesional, por ofrecer calidad a los clientes y compañeros y en
definitiva por hacer, lo que debe de hacer: Hacer bien mi trabajo, que es lo
importante.
Un saludo a tod@s y sed buenos.