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martes, 13 de marzo de 2012

¿La crisis es cultural?

Ahora viene una huelga general. Y entiendo perfectamente que haya gente que la pida. La reforma laboral ha decantado la balanza en favor de la parte más poderosa en las relaciones laborales: el empresario. Y tengo la mente dividida en dos opiniones:

- Por un lado, creo que es una pérdida increíble de derechos que se han conseguido a lo largo de los años para los trabajadores. Mucho esfuerzo, mucha negociación, etc. 

- Por otro lado, la veo necesaria para hacer crecer y fortalecer el sistema empresarial. 

¿Qué ocurre? Que todo depende de cómo se hagan las cosas. Un cuchillo no es malo de por sí. Sólo es malo si se utiliza para herir a una persona. Eso mismo considero que ocurre con esta reforma. Ya me quejé de otras reformas anteriores y no es que esta me parezca mejor, al contrario, dado que socialmente, no es sólo un paso, sino varios atrás. Pero no dejan de decirme que esto viene solicitado desde Europa. 

Y me pregunto: ¿Porqué tenemos que actuar como Europa? Si algo tengo aprendido es que no hay soluciones infalibles para ninguna situación, sino que todo depende de las variables del contexto en el que nos situemos. Pero como a Alemania y a Francia les va mejor que a nosotros, no nos queda otra que empezar a parecernos a ellos, adquirir sus sistemas y empezar a funcionar como lo hacen ellos con la esperanza de salir de la crisis. Y podemos fijarnos en ellos y copiarlos en todo: minijobs, despido más barato, expansión de las clausulas del despido, pero sin la mentalidad que tienen ellos, no vamos a obtener los resultado que se dan en sus fronteras. 

El otro día me decían que la crisis es más una cuestión cultural que económica. Evidentemente, si toda Europa tuviéramos la misma cultura sería más factible establecer medidas que nos ayuden a tod@s, principalmente porque al compartir la misma cultura compartiriamos los mismos puntos de vista. La igualdad, equidad, derechos y obligaciones serían los mismos para todos. Pero la realidad es que no somos iguales porque no pensamos igual. Y sin embargo estamos en un barco en el que se nos obliga a remar en la misma dirección...

¿Qué podemos hacer? ¿Aceptar estos cambios? ¿Perseguir nuestros propios intereses? Sinceramente, no sé que es lo mejor para España. Pero como podéis ver, mi frase ha terminado en España. No en Europa. Así que ahí es donde creo que radica el problema...

Y que conste que si esta es la fórmula absoluta para la salida de la crisis, yo soy el  primero como muchos otros en subirse al carro, pero creo que con medidas como esta perdemos el Estado de Bienestar, que es una de las identidades de España.

El tiempo hablará...


   

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