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martes, 20 de diciembre de 2011

Escarbando...se encuentran relojes.

Muy buenas a tod@s.

Tras varias semanas sin escribir hoy os voy a contar la anécdota del día, que además de impactante la considero muy formativa.

Ocurre que hace dos días recibí en mi correo un e-mail de una famosa empresa de intermediación laboral. con una oferta de empleo. Tras leerla y estudiarla, la verdad que parece estar muy bien. Y dado que despierta en mi una gran curiosidad decido plantearme el hacer una carta de presentación personalizada para la empresa, de manera que pueda ver claramente que estoy interesado en acceder al puesto y no sólo apuntarme a la oferta a través del portal de empleo, si no además ir a las oficinas, personarme y entregar un CV en mano.

Comienzo entonces por intentar escribir la carta de presentación personalizada y para que vean mi interés busco a través de google la web oficial de la empresa y me leo todo acerca del tipo de filosofia que tienen, su cultura organizativa y en definitiva el tipo de trabajadores que buscan para ver si lo que buscan casa con lo que yo puedo ofrecer (me vais a permitir que presuma de lo bien usado que está el término casar en este caso, pues ¡oh, cuantos querríamos casarnos indefinidamente con una empresa!).

Al final, investigando en la página descubro que también tienen publicada la oferta en su web. De hecho está publicada con la misma interfaz y opciones que en el portal de empleo de donde se me notificó la oferta. ¿Cual es la diferencia? Pues que no existe la misma cantidad de personas inscritas en un sitio que en otro. Mientras que en la página del portal de empleo compito contra setencientas y pico de personas inscritas (datos aproximados pero ciertos) en la oferta publicada en la página de la empresa tan solo hay inscritos cincuenta y tantas personas. 

Es cuando se me ha encendido una bombillita y he pensado: Si yo fuera el responsable de selección... ¿dónde iniciaría el reclutamiento? ¿en el portal de empleo o en la página de mi empresa? Evidentemente, empiezo a entender que si comienzo la búsqueda por la página de mi empresa tendré perfiles más o menos idóneos, pero todos ellos de gente que se ha molestado, al menos, en buscar la web de mi empresa, registrarse y facilitarme sus datos, lo cual ya demuestra más interés que el simple hecho de estar inscrito en una oferta de un portal de empleo.

La conclusión a la que pretendo haceros llegar, es que si de verdad nos movemos y como dice mi profesor de un curso de FPE: "nos castigamos el lomo", se pueden obtener resultados, o por lo menos se nos hace más fácil y llevadero el camino. 

Y es que como hace un tío mio cuando camina por la playa... escarbando se encuentran relojes. Muchos usan dispositivos para localizar el metal... pero mi tio camina arrastrando los pies por la arena, y aunque resulta cansado y supone más esfuerzo, al final acaba encontrando el reloj, la pulsera o simplemente una almeja bonita, pero que ya ha dado rendimiento al esfuerzo usado.

¡¡Portaos bien, sed buenos y feliz navidad a tod@s!!

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